Las personas creativas dicen "NO"
Seguro te estás preguntando si esta publicación tiene que ver con la tecnología, la ciencia o el mundo 'geek'. Primero responde: ¿Te consideras un creador? ¿Pasas días y días inmerso en uno o varios proyectos?
Después de leer este post, reflexionarás sobre una gran verdad, una frase hecha que todos hemos escuchado: "El tiempo es oro". Si te encuentras haciendo el Proyecto Final de Carrera o te ofuscas por la falta de tiempo (se acercan los exámenes) sigue leyendo.
Un profesor de psicología húngaro escribió sobre sus entrevistas a creadores famosos. Una de las cosas más interesantes de su proyecto fue que la mayoría de ellos dijeron que "No".
Peter Drucker, considerado como el mayor filósofo de la administración en el siglo XX, le dijo: "Uno de los secretos de la productividad (en la que creo, ya que no creo en la creatividad ) es tener una papelera MUY GRANDE para cuidarse de todas las invitaciones como la suya, la productividad según mi experiencia consiste en NO hacer cualquier cosa que ayude en el trabajo de otras personas, sino en gastar el tiempo en todo el trabajo que se nos ha previsto hacer, y hacerlo bien" .
La secretaria de Saul Bellow (escritor canadiense galardonado con Premio Nobel de Literatura): “El señor Bellow dice que él sigue siendo creativo, al menos en una parte, porque él no se permite ser parte de los «estudios» de otras personas”.
El fotógrafo Richard Avedon dijo: "Lo siento, tengo muy poco tiempo".
La secretaria del compositor György Ligeti: "Él es creativo y por tanto está totalmente sobrecargado de trabajo. La misma razón por la que usted desea estudiar su proceso creativo es también la razón por la que (por desgracia) él no tiene tiempo para ayudarle en dicho estudio".
Para su proyecto, el profesor contactó con 275 personas creativas. Un tercio de ellas respondieron que no. Su motivo fue la falta de tiempo. El otro tercio no dijo nada. Podemos asumir que la razón de que ni siquiera respondieran "no" fue también la falta de tiempo o posiblemente la falta de una secretaria.
El tiempo es la materia prima de la creación. Elimina la magia y el mito de la creación (no vendrán musas a salvarte), que todo lo que queda es el trabajo: el trabajo de convertirse en experto a través del estudio y la práctica , el trabajo de la búsqueda de soluciones a los problemas y los problemas con las soluciones, el trabajo de ensayo y error, el trabajo de pensar y perfeccionar, el trabajo de crear.
La creación consume. Es todo el día, todos los días. No conoce ni los fines de semana ni las vacaciones. No es para cuando nos dé la gana. Es la costumbre, la compulsión, obsesión, vocación. El hilo común que une a los creadores es la forma en que gastan su tiempo. No importa lo que leas, no importa lo que digas, casi todos los creadores pasan casi todo su tiempo en sus proyectos.
Decir "no" tiene el mayor poder creativo que las ideas, los conocimientos y talentos combinados. La matemática del tiempo es simple: tienes menos de lo que piensas y necesitas más de lo que crees. Pero no nos han enseñado a decir "no". Se nos ha enseñado que decir "no" es grosero, es un rechazo, una refutación, un acto menor de violencia verbal. "No" es para las drogas y los extraños con chuches.
Los creadores no se preguntan cuánto tiempo les toma algo, sino ¿cuánto le cuesta al proyecto? Esa entrevista, esa carta, esa salida al cine, esa cena con los amigos, ese partido, ese último día del verano. ¿Cuánto menos voy a crear si no digo que "no"? ¿Un boceto? ¿Un párrafo? ¿Un experimento? ¿Veinte líneas de código? La respuesta es siempre la misma: "si" hace menos. No tenemos suficiente tiempo. Tenemos que hacer la compra, llenar el tanque de gasolina, reunirnos con la familia e ir a nuestros puestos de trabajo.
Las personas creativas saben cómo decir "no" y cómo sufrir las consecuencias. Charles Dickens, al rechazar una invitación de un amigo dijo: Me dicen es "solo media hora", "solo una tarde", una y otra vez; pero no saben que la mera conciencia de un compromiso en algún momento puede ocupar un día entero...
"No" nos hace distantes, aburridos, maleducados, antipáticos, egoístas, asociales, indiferentes, solitarios y un arsenal de otros insultos. Sin embargo, “no” es el botón que nos mantiene.
El reloj está sonando y tu vida tiene prisa.
Fuente: Kevin Ashton