Dos meses con Archlinux
Hola, soy Pablo, y soy un formateador.
Como seguramente muchos de vosotros, soy usuario habitual de linux desde hace tiempo y, muy a mi pesar, jugador ocasional de videojuegos. Digo muy a mi pesar porque como ya sabréis jugar a videojuegos en linux, por mucho que diga la gente, sigue siendo algo lejano. Es por esto que tengo una instalación de Windows 7/GNU Linux en mi ordenador portátil de gama media-baja desde hace tiempo, pero es que además surge un problema: me gusta mucho probar distribuciones.
El ciclo al final siempre se repite, y es que por mucho que te instales una distribución pensando "esta es la definitiva, de aquí no me saca nadie" acaba ocurriendo lo siguiente:
- Ubuntu/GNOME/ElQueSea se actualiza.
- Bueno, puedo aguantar sin eso, ya lo actualizarán...
- ¡Si añado el repositorio :noUsarEnProducción: puedo probarlo!
- Sistema inestable, vamos a reinstalar linux.
- Vuelta al paso 1.
En este punto muchos pensaréis que en realidad no hay que formatear, que teniendo "cuidadito" y sabiendo lo que tocas puedes retroceder sin ningún problema, y no lo niego. Pero cuando estás probando software nuevo acabas tocando "taaaaantas" cosas (nótesen las 5 'a's) que para dejar todo como estaba tienes que invertir demasiado tiempo. Es por esto que decidí atreverme a instalar Archlinux en mi ordenador.
Tras probarlo con mucho cuidado en una máquina virtual, para ver que no estaba tocando nada que no debiera, me empecé a dar cuenta de que realmente no era tan complicado de manejar el proceso de instalación desatendida y que definitivamente Archlinux era lo que estaba buscando, y es que entre las cosas que traía contaba con:
- Rolling release (actualizaciones contínuas).
- Agnóstico al entorno de escritorio que uses.
- Es ligero, muy ligero.
- Su documentación es alucinantemente precisa.
Y... ya está. Instalé un programa de arranque llamado gummiboot en lugar de grub porque era sencillo de configurar con UEFI, GNOME como entorno de escritorio porque me encanta el shell y reemplacé GDM por LightDM porque usaba demasiada RAM. Os aseguro que todo venía perfectamente documentado y que fue tan sencillo como suena. Además, tras dos meses no he vuelto a formatear el ordenador, ni pienso hacerlo.
He pasado (con Archlinux) por KDE, LXDE, XFCE, Openbox y vuelto a GNOME (por supuesto siempre con las últimas versiones de todo) y a día de hoy no me ha dado ningún problema (a parte de el que me he causado a mi mismo :3), así que, ¿a qué estáis esperando?, ¿lo habéis probado ya?, ¿qué os parece?
P.D.: si aún no os he convencido, el gestor de paquetes de Archlinux se llama pacman, ahora sí que tenéis suficiente ^^