Ruido hiperconectado

La naturaleza implícita de la información ha estado con nosotros desde los inicios de la vida del hombre.

En informática, la información es la transferencia de un mensaje cuantificable de un lugar a otro. El byte es su medida, la máquina es su vector (un poco de Claude Elwood Shannon). También de Emilia Currás:

Información es nada y todo, al mismo, tiempo, y sin embargo existe, aun en su inconsistencia e intangibilidad. Información es efímera e imperecedera a la vez. Para su consistencia necesita un soporte.

Y de Pablo Poveda:

Estamos en una gran máquina hiperconectada que no para de hacer ruido cada nanosegundo del día, en una espiral de creación banal de información. Una avalancha animada por el ¿qué estás pensando? de Facebook, el ¿qué está pasando? de Twitter (que antes era ¿qué estás haciendo?) Y el ¿dónde estás? de Foursquare, entre otros.

En el siglo XXI casi todos hemos sido narcisistas y exhibicionistas. Los contactos personales se han convertido en acciones en los que prima la cantidad en vez de la calidad. Los egos crecen a golpes de 'likes' y 'RT'. Por ejemplo, en estos días vi con una foto de Kendall Jenner en Instagram que aumentaba los likes a un ritmo vertiginoso por cada segundo. WTF!

Mucho ruido y pocas nueces

Al principio de internet, todo era punk rock, muy DIY. Ahora hay demasiadas posibilidades, todos tenemos en los bolsillos de nuestros pantalones o bolsos unos parlantes que nos permiten decir lo que queramos y a aspirar a cierto protagonismo. ¿Quién no se ha rendido ante el poder de las redes sociales? Gracias a las publicaciones constantes muchos pueden saltar del anonimato a la popularidad, al menos por un día.

Hoy sabemos menos sobre más cosas, poseemos muchos datos pero profundizamos muy poco en ellos. Basta con echar un vistazo a cualquier medio, conseguir información de calidad cuesta ¿no?

¿Mi solución? Un poco más de cabeza y más curación de contenidos (content curation). Deja de ser una oveja digital. Aprende, comparte y conecta con otras neuronas.

"Si somos imágenes, si somos un avatar, si existimos ya en el mundo online, eso implica que podamos eliminarnos, recargarnos y, sobre todo, reinventarnos". Fuente: La Casa Encendida.