Protocolos Blockchain: el paraíso de los desarrolladores

Emprendedor. Esa palabra que suena tan bien y que a menudo relacionamos con una personalidad decidida, unas altas capacidades y una escasa aversión al riesgo. Ese paradigma de la sociedad actual del que solo unos pocos afortunados consiguen salir con éxito. Porque emprender es costoso a nivel emocional, a nivel intelectual y también a nivel económico. A pesar de las bondades que pregonan los medios de comunicación, llevar a buen puerto las conocidas como "iniciativas emprendedoras" no es tan sencillo como parece, o como quieren hacernos creer. No basta con tener una gran idea y una serie de títulos que acrediten tu validez, sino que se necesita mucho más. En primer lugar, es necesario poseer una capacidad innata para sobrellevar los fracasos, aunque éstos sean en batallas y no en guerras. Por otra parte, y quizás lo más evidente en los tiempos que corren, se necesita también cierto soporte económico que al menos te permita dedicarte en cuerpo y alma durante un tiempo a tu proyecto sin tener que preocuparte por el alquiler, las facturas o algo tan básico como el ticket del supermercado a la hora de ir a hacer la compra semanal.

Este último motivo es el que ha condenado históricamente a un elevado número de programadores y desarrolladores de alto nivel a conformarse con un trabajo “normal” en una gran multinacional. El que les ha obligado a trabajar implementando aplicaciones en códigos de programación ya consolidados sin permitir que su imaginación vaya más allá, coartando esa supuesta creatividad que tan en boga está hoy en día pero que pocas empresas dejan explotar de manera real y efectiva.

Sin embargo, esta situación puede cambiar con la irrupción de la tecnología Blockchain, una tecnología que tiene como piedra angular la descentralización y cuya comunidad sustenta su evolución en el código abierto. Gracias a estas características en los últimos meses han visto la luz numerosos proyectos que buscan financiación a través de ICOs (ofertas iniciales de moneda) y que cuelgan sus avances en repositorios a través de webs especializadas como Github, en las cuales todo el mundo que lo desee puede acceder al código y reseñar los posibles errores que encuentre. Nace así un nuevo mundo laboral donde cualquier programador puede intentar conseguir financiación para su idea o unirse a una comunidad ya existente después de demostrar sus capacidades. Nuevas oportunidades para un nuevo universo en la red.

Además, cabe destacar que en dichos proyectos se usan diferentes lenguajes, desde C++ hasta Python, pasando por el menos común Haskell, de tal forma que cada individuo puede intentar participar en los proyectos que más se acomoden a él.

Gestores de contenidos, sistemas de transferencias inmediatas y a bajo coste o plataformas de juego online son solo algunos de los proyectos en los que ahora mismo se puede invertir. Sin embargo, es tan vasta la sociedad humana y tan corto el período de desarrollo de esta tecnología que las oportunidades para aquellos que sepan programar son prácticamente infinitas.

Veremos cómo avanza esta tecnología en los próximos años, pero si la propuesta es adoptada por la sociedad, tal y como parece a tenor del crecimiento exponencial del mercado de criptoactivos en los últimos meses, una profesión como la de programador, a menudo asociada a “frikis” y con un escaso reconocimiento a nivel social, puede convertirse en una de las más demandadas.