«Hackers» cívicos

«Hackers» cívicos

«Hackear» suele ser un verbo con una connotación negativa. Las personas tienen la percepción de que consiste en corromper un sistema de forma ilegal. Pero como casi cualquier acción humana, se puede usar para el bien como para el mal.

¿Qué es un hacker?

El catedrático Brian Harvey de la Universidad de California - Berkeley, en su artículo académico What is a Hacker? dice que:

Un hacker es una persona que vive y respira los ordenadores, que sabe todo acerca de ellos, y que puede conseguir que un dispositivo haga cualquier cosa. Para un hacker la programación es un hobby, algo que se hace por diversión, no por un sentido del deber o por el dinero. (Está bien para hacer dinero, pero no debe ser su principal razón).

En el caso de los hackers cívicos sí que tienen un sentido por el deber. Se preocupan por su comunidad e intentan cambiar el statu quo por el bien de la mayoría.

Jacobo Nájera en PijamaSurf dice que un hacker es:

Un actor social que a través de su imaginación en comunidad desarrolla, por ejemplo, programas informáticos capaces de estudiarse, usarse, modificarse y distribuirse para construir entornos digitales como espacios sociales basados en la libertad. Un hacker hace política, se expresa a través de su código, y trabaja en cooperación con muchas otras luchas por la conquista del espacio público global.

En la RAE como siempre van con retraso (digno de los dinosaurios) y dicen que un hacker es un pirata informático.

¿Y el civismo?

El civismo se refiere a las pautas mínimas de comportamiento social que nos permiten convivir en colectividad. Recordad a nuestro querido Kant, quien dijo que la idea de que lo que es ético para un individuo debe ser generalizable a todos.

Pero ¿tengo que saber programación para ser un hacker cívico? NO.

Los hackers cívicos son ingenieros, científicos, diseñadores, artistas, educadores, emprendedores y cualquier persona dispuesta a resolver los problemas y retos de nuestras comunidades, ciudades, estados y países. (Fuente: Codeando México).

Cualquiera puede «hackear» una situación. Si te guías por un código ético cuya máxima es el bienestar general y la buena convivencia, te conviertes en un hacker cívico.

Catherine Bracy, directora de Code for America, una organización que desarrolla tecnología de código abierto para hacer que los servicios gubernamentales sean simples, eficaces y fáciles de usar (¿Quién dijo que no se puede hackear a la burocracia?), tiene una charla en TED que os recomiendo: Por qué los buenos hackers son buenos ciudadanos.

Algunas citas interesantes:

  • La cultura predominante no ha hecho más que alimentar esta idea de que los hackers son personas a las que deberíamos tenerles miedo.
«Hackear» es en verdad cualquier innovación amateur en un sistema ya existente y es una actividad profundamente democrática. Es el pensamiento crítico. Es cuestionar los modos establecidos de hacer las cosas. Es la idea de que si ves un problema, trabajas para arreglarlo en vez de solo quejarte.
  • No hace falta que seas programador para ser un «hacker cívico». Todos somos potencialmente «hackers cívicos».

Hablar de hackers podría llevarnos horas (y muchos folios). Con el civismo igual. He querido introducir un concepto interesante, que debería tener una mayor difusión para cambiar nuestros prejuicios sobre ser un/a hacker. Vivimos en tiempos de hackathons, ¿no?